Autoestima adolescente

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Adolescentes

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La autoestima adolescente es un tema complejo que es necesario afrontar cuando el menor deja de ser niño y se convierte en adolescente.

Los padres y los educadores deben tener en cuenta la necesidad de desarrollar una buena autoestima en el niño, pues esto es vital para prevenir problemas en la adolescencia y juventud.

Tener autoestima no es ser educado, sino tener conciencia de los puntos fuertes y dificultades que cada uno tiene. También conlleva la aceptarme en lo más personal y precioso que cada uno tiene. Significa asumir las propias responsabilidades, afirmarse, saber responder a las necesidades que cada uno tiene, tener objetivos personales y poner medios para alcanzarlos. La autoestima requiere integridad personal y consideración hacia el otro.

Contiene cuatro componentes: sentimiento de seguridad y confianza, autoconocimiento, sentimiento de pertenecía a un grupo y de competencia.  Es necesario sentir seguridad y confianza para alimentar la autoestima. Los otros tres componentes se pueden estimular en cualquier momento del desarrollo.

La adolescencia es muy importante para consolidar una buena autoestima. Los cambios corporales y de humor, la necesidad de distanciarse de los padres y encontrar su identidad ponen al chico o a la chica en una situación de gran vulnerabilidad. A pesar de que el contacto, a veces no es fácil, necesita la complicidad de sus padres, la paciencia y no sobre protección para que el adolescente pueda reconocer su valor y consolidar su sentimiento de orgullo.

Para ello es importante:

  • Usar los halagos. A los hijos, de cualquier edad, se le debe elogiar no sólo por lo que han conseguido, sino también por los esfuerzos realizados para ello, aunque no hayan obtenido los resultados buscados.
  • Hay que criticar cuanto ello sea preciso, pero siempre de forma constructiva, que no hiera ni ofenda.
  • Es importante pedirle la opinión a un hijo adolescente, que se sienta parte de las decisiones familiares. A los adolescentes les gusta ser tratados como adultos.
  • Se debe estimular a los jóvenes para que cultiven sus talentos e intereses. Necesitan sobresalir en algo, y todos sobresales en ese algo, por eso debe permitírseles que busquen aquello que les apasione, siempre y cuanto esto no interfiera en sus responsabilidades.