Ayudar a crecer
Un niño ve a una mariposa que se está desprendiendo con dificultad de su capullo. Creyendo ayudarla, la libera delicadamente de su envoltura. La mariposa vuela, recorre unos metros, pero pronto cae al suelo, y muere.
El padre le explica que no se ayuda a la mariposa facilitando su liberación. Ella debe conseguirlo por si misma, reforzando así los músculos de sus alas, que luego la ayudarán a volar.
Nosotros como padres nos debemos preguntar, ¿dejamos que nuestros hijos afronten sus dificultades por sí solos o se las resolvemos nosotros?.
Nuestro trabajo como padres no es resolver los problemas de nuestros hijos, sino ayudarles para que sean ellos quienes los puedan resolver por sí mismos, para que, de esta manera, puedan aprender a valerse por sí solos.
Cada etapa tiene unas metas y según se van haciendo mayores, tenemos que dejarles cada vez más responsabilidades para que se desarrollen como personas. Evidentemente siempre será más fácil y sobre todo más rápido recoger y ordenar sus cosas, ayudarles a vestirse, o darles de comer, pero si actuamos así les estaremos ocasionando un perjuicio que a la larga no les hará ningún bien.