Custodia compartida cuando los progenitores residen en distintos municipios

La custodia compartida es un régimen de estancia de los hijos de una pareja que se separa consistente en que éstos van a residir más o menos el mismo tiempo con cada uno de sus progenitores, alternando así su residencia. De modo que, por ejemplo, vivirán cada semana con unos de sus padres alternando su residencia periódicamente.

El artículo 92.5 del Código Civil afirma que “se acordará el ejercicio compartido de la guarda y custodia de los hijos cuando así lo soliciten los padres en la propuesta de convenio regulador o cuando ambos lleguen a este acuerdo en el transcurso del procedimiento. El Juez, al acordar la guarda conjunta y tras fundamentar su resolución, adoptará las cautelas procedentes para el eficaz cumplimiento del régimen de guarda establecido, procurando no separar a los hermanos”.

Tras esta regulación el Tribunal Supremo se ha manifestado reiteradamente a favor de establecer el régimen de custodia compartida por considerarlo, en principio, el régimen más adecuado para el interés del menor. Este Tribunal ha llegado a afirmar que este régimen de custodia “no es un sistema excepcional, sino que ha de estimarse como el sistema deseable, cuando ello sea posible” (STS nº 257/2013 de 4 de abril, entre otras). Sin embargo, esto no supone que dicho interés determine siempre este régimen de custodia compartida, si ello puede ser perjudicial o desfavorable para los hijos menores de la pareja.

El Alto Tribunal, en su sentencia 748/2016 de 21 de diciembre, ha confirmado una sentencia que rechaza el régimen de custodia compartida porque los dos progenitores residen en municipios diferentes, en este caso distantes entre sí por más de 50 km. Y ello porque considera que la distancia es un factor contrario al interés del menor. Textualmente dice así:

“existe una circunstancia que lo desaconseja por suponer una alteración de la vida normal de la menor, sobre todo cuando ya alcanza edad escolar, ya que ambos progenitores residen en poblaciones que distan entre sí unos cincuenta kilómetros y ello supondría que en semanas alternas la menor habría de recorrer esa considerable distancia para desplazarse al colegio”.

Manifestaciones del ciberbullying

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Las manifestaciones del ciberbullying pueden ser muy variadas. He aquí algunas de ellas:

Colgar en Internet una imagen comprometida (real o efectuada mediante fotomontajes), datos personales o íntimos, o cualquier cosa que perjudique o avergüence a la víctima.

Dar de alta, con foto incluida, a la víctima en alguna web, redes sociales o en foros donde se le ridiculice.

Dejar comentarios ofensivos en foros o participar agresivamente en chats haciéndose pasar por la víctima de manera que las reacciones vayan posteriormente dirigidas a quien ha sufrido la usurpación de personalidad.

Dando de alta la dirección de correo electrónico en determinados sitios para que luego sea víctima de spam, de contactos con desconocidos…

Apropiarse de la clave del correo electrónico de la víctima para acceder a su contenido y violar su intimidad.

Hacer circular rumores en los cuales a la víctima se le suponga un comportamiento reprochable, ofensivo o desleal, de forma que sean otros quienes, sin poner en duda lo que leen, ejerzan sus propias formas de represalia o acoso.

Enviar mensajes amenazantes por correo electrónico o SMS, perseguir y acechar a la víctima en los lugares de Internet en los se relaciona de manera habitual para que se sienta agobiada.

Evitar el ciberbullying

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Evitar el ciberbullying es una de las preocupaciones de los padres con niños en edad escolar.

Entorno a un 16% de los niños en edad escolar sufre ciberbullying o ciberacoso. Este problema nace asociado al auge de las nuevas tecnologías y al cada vez más temprano acceso a ellas. Conocer el ciberbullying es esencial para prevenirlo y combatirlo.

El ciberbullying es el uso de los medios telemáticos (Internet, telefonía móvil y videojuegos online, principalmente) para ejercer el acoso psicológico entre iguales. El autor del ciberbullying se esconde en el anonimato, en la no percepción directa e inmediata del daño causado y en la adopción de roles imaginarios en la Red. Todo ello hace del ciberbullying un serio problema.

Ante tal preocupación, podemos tener en cuenta algunas cuestiones para adoptar medidas de protección:

  • Hablar con el niño sobre el tema, que sepa que no está solo.
  • Establecer normas muy claras sobre lo que puede hacer y lo que no puede hacer en las redes y explícarle por qué lo haces.
  • Instalar software de seguridad que cuente con la opción de control parental. Con esto conseguiremos controlar cuándo y cuánto tiempo navega por Internet, así como bloquear los contenidos.
  • Los smartphones no son solo teléfonos, sino ordenadores sofisticados. La mayoría vienen con control parental integrado.
  • Enseñarle qué hacer si alguien le molesta. No responder ni vengarse, sino bloquear a la persona que le moleste y decírselo a un adulto.
  • Conviene no borrar los mensajes, pues pueden necesitarse para denunciar.
  • Evitar que tengan el ordenador en su dormitorio. El ordenador familiar debe estar en un lugar accesible a todos. Cuanto más tiempo pase en tu presencia, menos riesgos tendrá de sufrir acoso a través de Internet.

Errores que no debemos cometer tras la ruptura de pareja

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Hay ciertos errores que no debemos cometer tras la ruptura de pareja, si hay niños de por medio, ya que estos suelen ser los más perjudicados. Y a veces debido a la situación, los tratamos y les hablamos como si fueran adultos olvidando que en la mayoría de los casos no lo son.

Estos son los errores más frecuentes que debemos evitar:

1. Descalificar al otro progenitor

Criticar todo lo que dice o hace, utilizar palabras malsonantes cada vez que nos referimos a él o a ella. Para un niño, su madre o su padre son los seres más importantes de su vida y con estas descalificaciones les hacemos daño.

2. Descalificar a la familia del otro progenitor

Hablar mal de los abuelos, los titos, los primos… La familia es muy importante para los niños.

3. Convertir al niño en espía

El niño se sentirá utilizado si cada vez que vuelve de estar con su padre o con su madre le interrogamos.

4. Solo “yo” se hacer las cosas bien

El otro, no sabe ni cuidarlo ni educarlo correctamente. Podemos perjudicar al niño haciéndole creer que cuando esta con el otro no está seguro.

5. Hablar con el niño de temas relacionados con la separación

No debemos comentar con ellos asuntos legales, económicos… Son niños y debemos tratarlos como tales.

6. Utilizar al niño como mensajero

Nosotros somos los que tenemos que hablar con nuestra ex-pareja y no meter al niño en estas conversaciones.

7. No estar comunicándonos con el niño continuamente cuando este con la otra parte

Con una llamada será suficiente.

8. Pensar que con nosotros nuestro hijo tiene suficiente

Un niño tiene un padre y una madre y necesita a los dos para estar completo. No podemos hacerle creer que con uno solo tiene suficiente.

Muchos de estos errores a veces se cometen sin darnos cuenta, pero si queremos que nuestro hijo crezca sano y sin complejos “nosotros” deberemos corregirlos.